La cura de la diabetes tipo 2 existe y está en la cirugía de reducción de estómago.
La cirugía metabólica o bariátrica, destinada a reducir el peso corporal, puede ser más eficaz que los tratamientos médicos estándar para controlar a largo plazo la diabetes tipo 2, basados principalmente en la administración de fármacos. Es la principal conclusión de un nuevo estudio realizado por el King's College de Londres y la Universidad Católica de Roma publicado en The Lancet.
El estudio proporciona los resultados de un ensayo clínico aleatorizado realizado durante cinco años y específicamente diseñado para comparar este nuevo enfoque del tratamiento de la diabetes con el procedimiento médico estándar, que no incluye ningún tipo de operación quirúrgica.
Hasta la fecha diversos estudios habían demostrado que la cirugía metabólica es más eficaz que el tratamiento convencional para el control a corto plazo de la diabetes de tipo 2, pero no había ensayos que proporcionaran información sobre su eficacia a más largo plazo.
Los pacientes que pasaron por quirófano tuvieron niveles generalmente más bajos de glucosa en sangre que aquellos que recibieron medicación.
En este nuevo estudio se ha monitorizado la evolución de un grupo de 60 pacientes diabéticos de Italia de entre 30 y 60 años, con un índice de masa corporal (IMC) de más de 35 kg/m². Los participantes fueron divididos en tres grupos: el primero recibió el tratamiento médico convencional para la diabetes tipo 2; al segundo se le realizó una cirugía de bypass gástrico, que implica una reducción de estómago y una recolocación de la parte superior del intestino delgado y al tercero se le realizó una derivación biliopancreática, que conlleva una reducción mucho mayor del intestino, cuyo segmento final se conecta directamente a la bolsa del estomago.
De los 60 pacientes que participaron en el estudio, 53 aguantaron los cinco años de ensayo, durante los que se analizó la remisión de la diabetes, considerada como tal a partir de una concentración de hemoglobina glucosilada A1c (HbA1c) de un 6,5% o menor sin necesidad de tomar medicamentos. En total, 19 de los 38 pacientes que se sometieron a cirugía (la mitad) mantuvieron la remisión de la diabetes durante cinco años, en comparación con ninguno de los 15 pacientes que recibieron el tratamiento farmacológico estándar.
Una vida más cómoda
Al margen de la remisión de la diabetes, los pacientes que pasaron por quirófano tuvieron niveles generalmente más bajos de glucosa en sangre que aquellos que recibieron el tratamiento convencional, a base de medicación. A lo largo del periodo de estudio, los pacientes que se sometieron a una operación necesitaron muchos menos medicamentos y su riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular fue aproximadamente de la mitad que la de los pacientes que recibieron el tratamiento estandar. La cirugía también se asoció con una mejora general en la calidad de vida.
Tras pasar por quirófano ninguno de los pacientes falleció ni tuvo complicaciones a largo plazo. A la hora de comparar los distintos tipos de intervenciones quirúrgicas, la derivación biliopancreática dio lugar a mayores tasas de remisión de la diabetes en comparación con el bypass gástrico en el quinto año (67 frente al 37 por ciento), pero el bypass gástrico se asoció con menores efectos secundarios nutricionales importantes y una mejor calidad de vida, lo que sugiere que este tipo de intervención tiene un mejor perfil de riesgo-beneficio en pacientes con diabetes.
Más del 80% de los pacientes tratados quirúrgicamente mantuvo una concentración de HbA1c por debajo del 7%, lo recomendado
La mitad de los pacientes que registraron una remisión inicial de la diabetes experimentó una leve recaída de la hiperglucemia cinco años después de la cirugía. Por esta razón, los autores advierten que no se debe descuidar el control de la glucemia en los pacientes que experimentan remisión de la enfermedad tras la cirugía bariátrica.
Dicho esto, los pacientes que experimentaron una recaída mantuvieron una HbA1c media de 6,7% (una cifra que implica un control adecuado de la diabetes) sólo con dieta, en algunos casos, metmorfina, mientras que antes de la cirugía los mismos pacientes tenían una HbA1c superior al 7% (lo que indica un control inadecuado de la enfermedad) a pesar de tomar múltiples medicamentos hipoglucemiantes y/o insulina.
En definitiva, más del 80% de los pacientes tratados quirúrgicamente mantuvo una concentración de hemoglobina glicosilada A1c por debajo del 7%, lo recomendado por la Asociación Americana de Diabetes, con poca o ninguna necesidad de tomar medicamentos antidiabéticos.
Mejor y más barato
“La capacidad de la cirugía para reducir en gran medida la necesidad de insulina y otros fármacos sugiere que la terapia quirúrgica es un método rentable para el tratamiento de la diabetes tipo 2”, afirma el profesor Francesco Rubino, autor principal del estudio y cirujano del Hospital del King's
College de Londres, en la nota de presentación del mismo.
Los pacientes que se sometieron a las operaciones quirúgicas perdieron más peso que los pacientes tratados médicamente. No obstante, los cambios de peso no predicen la remisión de la hiperglucemia o la recaída después de la cirugía, lo que sugiere que mecanismos distintos a la pérdida de peso están implicados en los efectos de la cirugía sobre la diabetes.
Este ensayo clínico se une a investigaciones anteriores del doctor Rubino, que logró demostrar por primera vez en ratones que las modificaciones de la anatomía gástrica e intestinal pueden ejercer efectos directos sobre la regulación del metabolismo de la glucosa. En opinión del investigador, “los resultados de este estudio se suman a un creciente cuerpo de evidencia que muestra que el tracto gastrointestinal es un objetivo biológico racional para intervenciones antidiabéticas y respaldan realizar la cirugía como una opción estándar en el tratamiento de la diabetes tipo 2”.
Aunque ninguno de los participantes del estudio sufrió complicaciones tras las intervenciones quirúrgicas, los investigadores reconocen que son necesarios nuevos ensayos, pues esta investigación con un tamaño de muestra relativamente pequeño no permite sacar conclusiones definitivas acerca de la capacidad de la cirugía para reducir algunas complicaciones de la diabetes como los ataques cardíacos, los derrames cerebrales o las enfermedades del riñón.
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