Los protectores diarios, también conocidos como toallitas diarias, son productos para tu higiene diaria. Pueden usarse para ayudar a absorber el flujo natural de los días entre los períodos y para ayudar a prevenir que se manchen tus pantaletas.
Algunas mujeres usan protectores diarios al principio y al final del período, cuando el flujo es ligero, o como medida de protección adicional cuando usan un tampón. Algunas mujeres los usan a diario entre los períodos para sentirse limpias y frescas todo el día.
Existe una gran variedad de protectores diarios disponibles, y vienen en diferentes tamaños y formas: delgados, regulares, largos, máxima protección y tanga, por lo que puedes escoger el que te resulte más
Favoritos de las mujeres y cuestionados por los especialistas (los han relacionado con la aparición de infecciones vaginales), los protectores diarios siguen suscitando opiniones encontradas. Dos ginecólogos despejan las dudas más frecuentes en torno a esta herramienta de protección que ha venido mejorando.
¿Causan infecciones?
La vulva es el órgano genital femenino que está por fuera de la vagina. Tanto la vulva como la vagina son susceptibles a presentar infecciones bacterianas o micóticas, afirma Sofía Herrera, ginecobstetra de la Policlínica Méndez Gimón, al tiempo que explica que muchos de los agentes patógenos están normalmente como flora habitual de la piel de la vulva o la mucosa vaginal y es cuando estos se sobreexpresan o cuando por alguna razón como falta de higiene o relaciones sexuales se agregan nuevos agentes, que surgen las infecciones. El hecho de que la zona esté húmeda y oscura la hace muy propensa a infecciones por hongos.
Todo factor que favorezca aumento en la humedad de la zona, así como el cambio en pH, puede considerarse como un predisponente para infecciones. Los protectores diarios, en ocasiones, pueden aumentar las condiciones de humedad y sudoración en la vulva por lo que pudieran propiciar infecciones micóticas, señala la ginecóloga y detalla que si hay un germen externo a la zona y no hay una higiene adecuada, el protector diario podría favorecer la permanencia del patógeno en la zona hasta que colonice e invada las vías urinarias.
Son varios los factores involucrados en las infecciones vaginales y urinarias, no se trata exclusivamente del uso de protectores diarios. Sin embargo, no hay estudios científicos que prueben o descalifiquen los protectores como agentes que predisponen infecciones genitourinarias.
Existe una idea general entre los ginecólogos de que sí hay una relación entre el uso de protectores diarios e infecciones, pero nosotros hicimos un estudio controlado y aleatorio que demostró, en 107 mujeres, que el uso de protectores diarios respirables no aumenta el índice de infección, sentencia Paulo Giraldo, ginecólogo y obstetra brasileño, profesor de la Universidad Estatal de Campiñas en São Paulo, invitado al XXVIII Congreso de Nacional de Ginecología y Obstetricia celebrado hace poco en Caracas.
En el estudio dirigido por Giraldo las mujeres utilizaron protectores diarios respirables por 75 días consecutivos, de 10 a 12 horas diarias. Entre 95 y 100% dijeron que se sintieron seguras y protegidas y simultáneamente vimos que no había irritación genital ni perinea, tampoco edemas o fisuras ni candidiasis vaginal o vaginosis bacteriana.
Podemos afirmar que los resultados micro biológicos y clínicos fueron muy similares a los encontrados en las mujeres que solo llevaban ropa íntima de algodón durante el mismo tiempo y en condiciones similares. Puede concluirse que el uso de protectores diarios respirables durante el período intermenstrual no ocasiona infecciones vaginales, irritación, malos olores o humedad; por el contrario, las mujeres manifestaron sentirse más confiadas y secas, afirma.
¿Son todos iguales?
Los protectores diarios han evolucionado mucho en las últimas décadas, el material es mucho más absorbente, la película que recubre la superficie -que entra en contacto con la piel de la vulva es más hipo alergénica. También el formato y los tamaños son actualmente mucho más adecuados para cada etapa de la vida de la mujer.
El galeno brasileño precisa que los protectores diarios regulares tienen diferentes espesores y una película plástica que separa el material absorbente de la ropa íntima de la mujer, mientras que los respirables no tienen esa película plástica por lo que mantienen la capacidad de absorción pero no impiden el flujo de aire.
Esto hace que la temperatura de la zona sea semejante a cuando no se utiliza el protector y solo se usa la ropa íntima", apunta, y recomienda su uso porque absorben pequeñas pérdidas de fluido dejando la piel de la vulva seca sin impedir la ventilación. Los protectores no respirables deben evitarse porque son gruesos y tienen una película plástica que impide la ventilación de la zona.
¿Son seguros los protectores perfumados?
Los protectores con perfumes, colores o mallas sintéticas no son recomendables ya que estos propician las condiciones para que la zona esté más húmeda, además de que favorecen la hiper pigmentación de los genitales; es decir, los oscurecen con el tiempo.
El perfume se usa para disfrazar el olor. En todo caso, cuando hay mal olor en la zona genital necesitamos ir al médico ginecólogo porque puede ser signo de una infección sentencia Giraldo.
¿Cada cuánto tiempo es recomendable cambiarlo?
Mientras más frecuente mejor; por supuesto, todo depende de la cantidad de secreción vaginal, de la sudoración, la actividad física y el tipo de ropa que utilice la mujer, se considera que mientras más humedad exista en la zona, más frecuente debe de ser el cambio; las recomendaciones de la Cleveland Clinic sugieren usarlos solo cuando sea necesario y realizar cambios frecuentes.
Debe cambiarse siempre que haya humedad suficiente que haga sentir la piel incómoda, afirma Paulo Giraldo y agrega que si eso no ocurriera, debe cambiarse por lo menos dos veces al día. Eso dependerá de factores como la cantidad de transpiración, la cantidad de pérdida de fluidos y la sensibilidad individual, precisa y concluye: Su uso no sustituye la visita al ginecólogo ni tampoco el tratamiento de enfermedad genital.
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