domingo, 6 de marzo de 2016

Mosquitos transgénicos: Nueva arma contra el zika


Mosquitos modificados genenitcamente.




Todos los días de la semana, a las 7 de la mañana, un camión recorre lentamente la ciudad de Piracicaba, en el sudeste de Brasil, con una carga muy preciada: mosquitos. Desde las ventanas, va arrojando más de 100.000 mosquitos, que vuelan en busca de pareja.

Pero no son mosquitos comunes. Fueron diseñados genéticamente para pasarles un gen letal a sus crías, que mueren antes de alcanzar la adultez. En pruebas de laboratorio, este método logró reducir la población de mosquitos en más de un 80 por ciento.

Esos bichos biotecnológicos podrían convertirse en la flamante arma de la guerra eterna de los humanos contra el mosquito, que se cobra la vida de cientos de miles de personas al año por la transmisión de la malaria, el dengue y otras devastadoras enfermedades, lo que le vale el título de ser el animal más mortífero que existe. Esa guerra se ha vuelto más acuciante con la "explosiva" propagación del virus del zika.




"En cuanto a la cantidad de víctimas humanas, ningún otro animal le llega a los talones", ha escrito respecto del mosquito Bill Gates, cuya fundación se dedica al combate de enfermedades en todo el mundo.

Los expertos dicen que se necesitan nuevos métodos para combatirlo porque los tradicionales, como el uso de insecticidas y el control de aguas estancas, han demostrado ser insuficientes. "Después de 30 años de lucha, el año pasado tuvimos más de 2.000.000 de casos de dengue en Brasil -dice el doctor Artur Timerman, especialista en infectología de la ciudad de San Pablo-. Es urgente encontrar nuevos abordajes."


Pero esos nuevos abordajes todavía deben ser probados y llevará años implementarlos a una escala suficiente como para que marquen una diferencia. La única alternativa al control del mosquito es descubrir una vacuna contra el zika, algo que no parece inminente.

Así que, por el momento, los expertos explican que la mejor prevención es intensificar el uso de los viejos métodos de control del insecto y disminuir al máximo el riesgo de ser picado. A las mujeres les están aconsejando no quedar embarazadas y evitar las zonas de riesgo si ya lo están, ya que hay fuertes indicios de que el virus causa daño cerebral y microcefalia en el feto.

Uno de los viejos métodos, al que tal vez no se le esté prestando la debida atención, es el uso del DDT, un poderoso pesticida que en muchos países está prohibido por los daños ambientales que fueron documentados en el libro Primavera silenciosa, de 1962. De todos modos, algunos expertos defienden su uso para el control de enfermedades.

"Esos riesgos del DDT deberían ser reconsiderados en el contexto de la salud pública", dice el doctor Lyle Peterson, director de la división de vectores epidemiológicos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. Peterson dice que el daño a los peces y la vida silvestre en general era resultado del uso indiscriminado del DDT en la agricultura y no del uso en pequeña escala en el interior de un hogar para matar mosquitos.

Otros expertos aseguran que, si se aplican con esmero, los viejos métodos pueden ser efectivos. Con su enorme determinación, en la década de 1930, un médico llamado Fred L. Soper logró erradicar un mosquito transmisor de malaria en todo Brasil, incluso antes del uso extensivo del DDT. Y los mosquitos transmisores del dengue fueron erradicados de 18 países latinoamericanos desde 1947 hasta su reaparición, en 1962.

Pero el doctor Soper era un maniático que se aseguraba de que todas las casas fuesen meticulosamente revisadas y de que no quedara un solo foco de aguas estancas.

El principal mosquito transmisor del zika, el dengue, la chikungunya y la fiebre amarilla es el Aedes aegypti. Prefiere las zonas urbanas y pica básicamente a los humanos, lo que lo vuelve sumamente eficiente como transmisor de enfermedades. Como pica de día, los mosquiteros de cama sirven de poco. Y se reproduce en pequeños contenedores de agua, como floreros, latas, neumáticos y todo recipiente que junte agua.

"He visto Aedes aegypti refocilando alegremente en una tapita de gaseosa", dice Joseph M. Conlon, asesor técnico de la Asociación para el Control del Mosquito de Estados Unidos.

Los nuevos Aedes aegypti diseñados genéticamente fueron desarrollados por la empresa de origen británico Oxitec para combatir el dengue, pero servirían igualmente para frenar la propagación del zika.

Desde abril pasado, los mosquitos son liberados en un barrio de Piracicaba donde viven unas 5000 personas. Para fines de 2015, la reducción de larvas del mosquito original había sido del 82%, según datos de la empresa.

Oxitec y la ciudad anunciaron este mes que extenderían el proyecto un año más y que ampliarían el área de cobertura hasta unas 60.000 personas. La empresa está construyendo una fábrica nueva para criar suficientes mosquitos para cubrir un área de 300.000 personas.

Oxitec, adquirida el año pasado por la firma norteamericana de biotecnología Intrexon, le ha puesto el nombre de "Aedes aegypti amigable" y recalca que sólo libera ejemplares machos, que son los que no pican. Asegura que es una solución ecológica, porque es la única especie atacada, mientras los pesticidas pueden afectar a muchos organismos.

A los críticos les preocupan los efectos a largo plazo de liberar organismos genéticamente modificados. Oxitec concitó mucha oposición de la opinión pública cuando propuso hacer pruebas en los cayos de la Florida. Una comisión brasileña de supervisión de organismos diseñados genéticamente determinó en 2014 que los mosquitos de Oxitec eran seguros y aptos para ser liberados. Pero la empresa todavía no tiene la licencia de las autoridades sanitarias que le permitiría promocionar activamente su implementación en otras ciudades.

Sin embargo, según el director ejecutivo de la empresa, Hadyn Parry, desde el inicio de este brote de zika han recibido enormes muestras de interés "de muchos municipios".

Otro método que está siendo probado en un barrio de Río de Janeiro es infectar a los mosquitos con wolbachia, una bacteria que naturalmente no los afecta. Una vez infectados, los mosquitos no contraen ni transmiten los virus con facilidad.

Además, la bacteria pasa a la siguiente generación a través de los huevos y, de ese modo, se extiende a toda la población de mosquitos. "Es un método sustentable: una vez que se libera, se autosustenta y brinda una protección continua", dice Scott O'Neill, líder del proyecto Eliminate Dengue, que utiliza wolbachia, con financiamiento de la Fundación Bill & Melinda Gates.

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